Todas las ilustraciones se basaron en el cuento de Adalberto Romero
LODARES
Todos los días paso por este pasaje, siempre tengo que esperar 2 minutos. El barrendero ya me conoce. Hoy voy con el tiempo justo, pero llego con tres minutos de antelación, miro el reloj.
- Y sí, ¡solo me quedan dos minutos! - ¡Como siempre!
Solo noto una diferencia en este día, la puerta está abierta y el señor barrendero ya se ha ido.
La iluminación es algo fría, parece que la han cambiado o están haciendo pruebas,
- Me pregunté.
Como tengo tiempo me paseo, miro los escaparates. Un traje me llama la atención.
- ¡Qué botones más originales!
El color del traje es llamativo, un rojo muy potente. Lo recorro con la mirada hacia arriba.
- ¡Aaah!, que susto, mi rostro se refleja en el cristal, parecía como mi cara estaba en el pecho del maniquí.
Sigo recorriendo con la mirada la parte superior del traje, cuello, sus solapas y hombros.
No es un reflejo, el maniquí tiene mi cara, mi pelo, mi barba.
- ¡Soy yo!
Un poco desconcertado me voy alejando, llego a la reja y está cerrada.
Llega el barrendero, mirando al suelo. Grita.
- ¿Qué le ha pasado? - ¿Lleva mucho tiempo ahí? - ¿Se encuentra bien?
Me quedo mirándolo, pero él sigue mirando al suelo.
Veo luces azules, rojas y naranjas parpadeantes acompañadas de sonidos de emergencia.
El barrendero abre rápidamente la reja, entran los enfermeros, policías. Se agachan.
Me doy cuenta, soy yo el que está tumbado en el suelo.
Aquí os dejo las ilustraciones participantes en la exposición del taller de ilustración:
- Y sí, ¡solo me quedan dos minutos! - ¡Como siempre!
Solo noto una diferencia en este día, la puerta está abierta y el señor barrendero ya se ha ido.
La iluminación es algo fría, parece que la han cambiado o están haciendo pruebas,
- Me pregunté.
Como tengo tiempo me paseo, miro los escaparates. Un traje me llama la atención.
- ¡Qué botones más originales!
El color del traje es llamativo, un rojo muy potente. Lo recorro con la mirada hacia arriba.
- ¡Aaah!, que susto, mi rostro se refleja en el cristal, parecía como mi cara estaba en el pecho del maniquí.
Sigo recorriendo con la mirada la parte superior del traje, cuello, sus solapas y hombros.
No es un reflejo, el maniquí tiene mi cara, mi pelo, mi barba.
- ¡Soy yo!
Un poco desconcertado me voy alejando, llego a la reja y está cerrada.
Llega el barrendero, mirando al suelo. Grita.
- ¿Qué le ha pasado? - ¿Lleva mucho tiempo ahí? - ¿Se encuentra bien?
Me quedo mirándolo, pero él sigue mirando al suelo.
Veo luces azules, rojas y naranjas parpadeantes acompañadas de sonidos de emergencia.
El barrendero abre rápidamente la reja, entran los enfermeros, policías. Se agachan.
Me doy cuenta, soy yo el que está tumbado en el suelo.
Aquí os dejo las ilustraciones participantes en la exposición del taller de ilustración:
Fresneda Segura Juana
Marín Tebar José Ramón
Romero Bernal Adalberto
2 comentarios:
Qué trabajos tan buenos, muy bien...
Muchas gracias,
Ha sido todo un placer colaborar en un proyecto común con mis compañeros del taller de ilustración.
Seguro que para el año que viene repetimos con más y mejor ;)
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